viernes, 16 de octubre de 2009

Ser joven es tener el valor de realizar nuestro ser, a pesar de las circunstancias, los críticos y los escépticos.



Jamás hacernos victimas de los demás y entender que el valor no es para morir por algo o por alguien, sino para decirle sí a la vida en pos de un ideal.

San Francisco de Asís fue un cismático de su tiempo. En pleno Medievo, entrando al Renacimiento, cuando los jóvenes en Europa tenían que ir a las Cruzadas, tenían que asesinar gente, tenían que ser salvajes. Francisco de Asís se va a la cruzada, mata a un ser humano, se da cuenta que ésa no es su vocación, regresa; hijo de acaudalados, hombre de mucho dinero, dice: “Se acabó, yo voy a ser una gente que va hacer un cambio en mi tiempo”; se quita su ropaje de príncipe y lo cambia por de un puerquero, y empieza el tipo a hablar con las flores, con los animales y con los lobos, toda la comarcase pone en contra de él, porque provocaba un cisma, porque iba en contra de los que se estaba haciendo en ese tiempo, estaba gestando un gran cambio.
Cuando lo recibe el Papa, quien era el rey de la humanidad, lo más alto que pudiera existir, Francisco llega ante él con sus miserias; el cardenal que lo protegía se lanza hacia Francisco de Asís y le cubre con su capa para que la pobreza con que se presentaba no ofendiera al Papa.

Entonces, el hombre sube la escalinata con aquella capa, y cuando llega ante él la tira y le dice: “Tú eres Satanás, aquí está la corrupción”. Y el hombre hace el gran cambio del siglo, ¿por qué? Porque él encontró la pobreza la expresión de ser él mismo y dar testimonio de sus convicciones.

¿Qué es lo más difícil en la vida? Es ser, decidirse a ser lo que quieras, ser ingeniero, arquitecto, bailarín, artista, actor, productor, empresario, ¿qué es lo que quieres llegar a ser? Defiéndelo, defiéndelo hasta con la misma vida, el ser es tan importante, tu vocación de ser, tu llamado, si no respondes a {el seria reprimir toda una vida. Definitivamente vayamos a los extremos ser o no ser, nada a medidas, o vives intensamente tu propia vocación o te negaras a existir.

Me encuentro personas fenomenales, que son muy buenos profesionales y otros que mas o menos sobrellevan su existir y arrastran la vida, su vocación era tal ves ser escultor, su vocación era tal ves ser empresarios, su vocación era tal ves ser médicos, y no lo hicieron, ¿Por qué?, porque para lograr ser, ¿saben que se necesita?, agallas, carácter, fuerza, voluntad, decisión y otros calificativos que no debo decir.

Todo eso se necesita para reclamar tu propia vocación, la mujer que se va de religiosa, el hombre que se va de sacerdote, tuvo que tener muchas agallas para tomar esa decisión ¿Por qué?, porque es luchar por lo que tu quieres llegar a ser, no lo que los demás quieren que tu llegues a ser. Cuantos padres les dicen a sus hijos: “¿Para que vas a estudiar tu eso? Con eso no se gana dinero, no seas bruto, pero si serás idiota, no, no, no. Mira, estudia una carrera que deja lana, no me salgas con que quieres ser filósofo. ¡Como!, para que quieres ser empresario, deja que a otro se le caiga el pelo, a ti no, tu busca una buena chamba donde estés bien segurito, sensacional; ¿político?, mucho menos, que barbaridad, que vas tu de político, no, no, no,, para nada”.

Tu tienes una vocación, te reto hoy para que la encuentres y a que luches por realizarla, te invito a que el próximo domingo, desde las ocho de la mañana te levantes con una actitud de decir, hoy voy a encontrar mi vocación, quiero saber que quiero llegar a ser en la vida, búscate una piedra picuda, picuda , te sientas cómodamente en ella y trata de encontrar la respuesta de tu ser, ¿Qué quiero llegar a ser?, y desafía a los escépticos, desafía a los críticos, desafía a todo el mundo, atrévete a reclamar tu potencialidad, tu ser, tu deseo, tu definición, el mudo esta cambiando a una gran velocidad, por eso el mundo no puede estar lleno de sonámbulos ni de mediocres, ni de seres que se pasan toda una vida reprimidos en lo que están haciendo.

Cuando hablo de esto con los jóvenes, o con los adultos, obviamente les causo una reflexión, me dicen: “Marlon Cerna, si esto lo hubiera escuchado hace un tiempo atrás, pero que de equivocaciones he hecho”, y es cierto, miren, es muy diferente sembrar en primavera que sembrar en invierno, debemos sembrar en la primavera que sembrar un invierno, debemos sembrar en la primavera, en la juventud es el momento de la decisión, es cuando tenemos que reclamar profundamente nuestra potencialidad de ser, no sacrificar el ser por el tener. Tener dinero es símbolo externo, tener dinero nos da relevancia, tener un carro ayuda a que nos volteen a ver, o tener una esclava de oro, etc.

Definitivamente, es la mayor de las mediocridades buscar solo el tener y olvidarnos de nuestro ser, si esa no es tu vocación, lucha por tu vocación, nadie pasa a la historia por tener, el hombre que llega a ingresar, la mujer que llega a traspasar la historia universal, es porque tuvo el valor de ser, de ser el mismo, de reclamar a su esencia, de luchar por su ser, de no dejar dormido su espíritu. Mas del 90% de los epitafios en los cementerios podrían decir así: “Fulano de tal, nació, vivió y se murió, y nunca supo para que carajos existió”.

¿Para que viviste? Desafortunadamente la respuesta mas común es: “pues no se”; mucha gente me dice: “Marlon Cerna, es que la vida esta llena de problemas”, no, la vida esta lleno de retos, la vida es una posibilidad, la vida es una opción de ser; si la vida solo fuera comer, dormir, “cagar” y no tener problemas, los seres vivos mas realizados sobre la faz de la tierra serian las vacas, no seamos vacas, o mas propio bueyes, ¿Qué tenemos que entender? Tenemos que asimilar que la vida esta hecha precisamente para ser desafiada, tiene que ser para crecer en ella, para demostrar el talento que poseemos; si no tuviéramos problemas, no se podría desarrollar esa capacidad creadora que tiene el hombre; el hombre que se enfrenta a enfermedades, a plagas, a problemas ecológicos, a problemas de democracia, a problemas de miseria, esos problemas hacen crecer al ser humano.

Yo les pregunto a los jóvenes: ¿El mundo será mejor o peor que antes? Muchos dicen que es peor, yo estoy plenamente convencido de que es mejor. En un determinado momento alguien le preguntaba a un joven de 16 años: “¿Oye, con quien te vas a casar?”, y le contesto: “¿Pues no se… pues con una muchacha”, es obvio, pero nuevamente insistió: “¿Con quien te vas a casar?”, y le dijo: “Bueno, pues con la mujer que mas me guste, con la que yo decida casarme”, le contesto entonces: “¿Qué afortunado eres, porque si hubieras nacido hace 200 años, tus padres hubiesen decidido por ti”. Pero ahora, con la libertad que se ha logrado, tú y todos los demás jóvenes pueden elegir libremente, alguien desafío ese concepto en su momento e hizo a la humanidad mejor, con mayor libertad.

Honduras, hace 200 años, imagínate, esclavizado, sometido, un país sangriento; un país desgarrado por todos lados, ahora es una Honduras que le falta mucho, pero una Honduras con libertad, con opciones, con posibilidades, con estudios, con oportunidades. Honduras, es mejor, claro y mejor que la de 1,900, y mejor que la de 1,950, la del 1,985; Honduras ha evolucionado ¿gracias a quien?, a los pocos seres humanos que le han pagado la colegiatura a la vida.

El mundo esta lleno de mediocres, esta lleno de gente que no tiene la fuerza, el poder, la decisión, la valentía, la entrega de reclamar su ser, por eso, este tercer paso, de ser joven, es buscar incansablemente nuestro ser y entregar la vida para hacernos a nosotros mismos, jamás sacrificar nuestra vocación por complacer a alguien, y estar dispuestos a pagar la colegiatura para lograr nuestra plena realización; paguen la colegiatura, no la que pagan en se escuela, la colegiatura es cuando hay que hacer tareas, la colegiatura es cuando tenemos que renunciar a un reventón, “a un revén” como dicen hoy, no, porque tengo que estudiar para el examen de matemáticas; colegiatura es saberse autodisciplinar, colegiatura es saberle dar a la vida lo que yo le quiera dar a la vida, por ejemplo: Había hace tiempo uno de esos hombres mediocres, tan comunes como hoy, que le echaba la culpa de todos sus pesares a sus padres, a las circunstancias, estaba todo fregado, esto sucedió en el siglo XV en el valle de Loura, en los alrededores de Paris, donde esta la zona de los castillos.
Este hombre le echaba la culpa de todo lo que le sucedía a la mala suerte, a Dios, a su esposa, a sus amigos, a todo mundo. Era un pobre tipo con toda la mala suerte del mundo, en la miseria, reprimido, frustrado, mediocre; de pronto, un buen día ve por allá, por donde inicia el sendero, que se va acercando una carrosa dorada preciosa. Se dijo a si mismo: “a lo mejor es la carroza del rey, y tal vez tome esta vereda y si me ve, al observar mi depresión, seguramente se va a bajar y me va a entregar su bolsa de oro, y si me entrega su bolsa ya la hice”.

Para consternación y sorpresa del miserable, efectivamente era la carroza del rey, que había tomado esa vereda y cuando paso a su lado, el rey le miro a los ojos, vio algo en ellos que le impulso a pedir a su conductor que se detuviera. Se bajo de la carroza, s ele quedo viendo fijamente, y en lugar de tomar su bolsa de oro y entregársela, puso una rodilla en el suelo, tendió la mano y le dijo: “Dame una limosna”; el mediocre, consternado, pensó: “No es posible que el rey me este pidiendo dinero a mi, un miserable”. En la confusión, en la impresión de tal encuentro, busca en su sucia bolsa, saca la moneda de cobre mas pequeñita que trae y se la entrega, el rey la aquilata, se le queda viendo, la guarda y en seguida se va. El miserable llego indignado a su choza, maldiciendo medio mundo, profiriendo insultos al rey: “Estúpido, imbécil, como todos los ricos, miserable, tacaño, avaro, se va a ir al infierno, ya lo se, la Iglesia lo dice, ni por un ojo de una aguja”.
El hombre coge su bolso de monedas, la avienta sobre su mesa y se riegan todas las monedas, y las chiquitita, la exactamente igual a la que le había entregado al rey, se había convertido en oro puro, en ese momento se da cuenta de su error, y se dice a si mismo: “Imbécil, le hubiera entregado todas mis monedas de cobre, todas se hubieran convertido en oro. “Y después de reflexionar, entendió el mensaje: “Si a la vida le doy un centavo, la vida me pagara un centavo”.

Si queremos recibir de la vida lo mejor, si queremos recibir la mejor esposa, los mejores hijos, el mejor nivel socioeconómico, la mayor tranquilidad espiritual, por favor, hay que pagarle la colegiatura a la vida, si no somos capaces de hacerlo, después no nos lamentemos, la recompensa de nuestra colegiatura es esa, lo que yo soy capaz de dar, la vida me recompensara, si yo le doy a la vida la miseria, si yo le doy pobreza, si le doy lo que me sobre, la vida me va a entregar en la misma proporción. ¿Te gusta tu nivel de vida?, ¿Te gustaría ser mejor?, ¿Te gustaría un mejor coche?, ¿Te gustaría una mejor casa?, si, pues lucha por ello. ¿Cuál fue la bronca en Rusia después de salir del estado comunista? Hubo manifestaciones en Moscú, pues la gente quería regresar al comunismo, ¿Por qué? Porque es fácil darle la libertad a una nación, pero es sumamente difícil educarla para que la pueda usar.

Antes, ¿Qué pasaba con los alemanes comunistas? Tenían su carnet, iban a las tiendas, hacían cola y les entregaban su bolillo duro, les entregaban su coche viejito, todo fregado, pero se los daban; ahora, quieren el Mercedez Benz, quieren el BMW, quieren comer muy bien, quieren vivir en forma sensacional, pero hay un problema, en el sistema libre la colegiatura se llama trabajar, y eso es un problema para los mediocres. ¿Por qué? Porque mientras estemos manteniendo una cultura pedinche, como la que tenemos en este país y en muchos países del mundo, tenemos una cultura de ¡oye, dame!, ¡papi, dame!, ¡mami, dame!, y todo el mundo con Dios: Señor, dame un buen novio, dame un buen trabajo, y vemos en la Basílica de Suyapa al millonario pidiendo millones, de pronto el empresario se voltea y le dice al obrero: “¿Qué le estas pidiendo?” “Cien mil pesos, patrón”, contesta. “Tómalos, pero no me lo distraigas”. Tenemos que luchar y dedicar lo mejor de nosotros mismos para lograr lo que deseamos de la vida.

Vivimos lo que se llama una cultura de chivo, cuando somos novios: me gusta que me des un beso, me gusta que me lleves al baile, me gusta que me, meeee, nos enchivamos, y en la vida jóvenes, hay que entender una cosa. En la medida en que vamos a tener la recompensa; en la medida en que yo ofrezca, voy a tener mi recompensa; en la medida en que yo de, voy a conquistar el otro, es la gran diferencia, y a la vida hay que darle, si queremos que la vida nos de; si a la vida le damos miseria, la vida nos va a dar miseria, hay que entregarle lo mejor de nosotros, la voluntad, las ganas de triunfar, que muchas veces queremos dormir, pero hay que estudiar, pues a meterle, caray, a trabajar, duro. ¿Por qué?, porque estamos fincando nuestra propia recompensa; miren, en el mundo ejecutivo, en el mundo empresarial, en el mundo corporativo en el que se mueve el Colegio de Graduados en Alta Dirección, siempre les hemos dicho a nuestros jóvenes: ¿Realmente alguien desea ganar mas?, ¿Alguien desea realmente tener un mejor nivel de vida? Pues conviértase en un ser indispensable, pague la colegiatura que lo convierta en candidato al ascenso, resuelva los problemas de su área y busque problemas prestados de otras áreas.

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