viernes, 16 de octubre de 2009

¿CUIDADOS EXTREMOS O SABIOS CONSEJOS?




MAS VALE OLER A UNTO Y NO A DIFUNTO, PARTE I

A muchos nos resulta cómico recordar los cuidados que los antiguos tenían para los resfriados, y también las forma de evitarlos, debido al pavor que le tenían a las enfermedades respiratorias. Parece que antes y, especialmente en tierra fría, el baño era todo un ritual. Me contaba los adultos mayores que había gente que se pasaba de desaseada, como ellos misma llamaba a aquellos que se bañaban cada 8 ó 15 días. Y precisamente ese dichoso día, se preparaban para ya no salir de casa después de echarse el sagrado baño, el cual debía ser en cuarto cerrado, con agua caliente y luego del mismo, se cubrían de pies a cabeza no vaya a ser que les pegara un aire, y les hicera mal haberse bañado. Como decían los adultos mayores, más daño les hacía no bañarse seguido.

Y no sé si se acuerdan de la moda del dolor de muela, o de la amigdalitis que era la misma de las paperas (parotiditis infecciosa), cuyo atavío principal consistía detener unas rodajas de tomate fresco a la altura de las quijadas con un pañuelo, amarrando las puntas en la cabeza, en forma de orejas de conejo. Se creía y aún se cree que el niño al que no se le cuidan las paperas, la infección se le baja a los testículos y se queda estéril. (Entonces habría que ponerle el pañuelo en los testículos como suspensorio para mantenerlos colgados).
Pero si estos cuidados extremos ahora nos parecen risibles, espérense a que les cuenta sobre la famosa cuarentena de las señoras que daban a luz.

Con todo respeto y cariño para las valiosas comadronas, cuyo oficio es tan tan antiguo como la misma humanidad, dicen que muchas de ellas extremaban en recomendaciones para la recién parida, la cual no tenía que salir de casa, ni bañarse, ni comer cualquier cosa durante 40 días.

Lo primero luego de dar a luz, era fajar como momia a la nueva mamá, con unos trapos largos que tenían cintas enormes que envolvian apretadamente a la pobre mujer. Esto, según las creencias eran para ayudarles a que los órganos internos regresaran a su lugar y que no se le descolgara nada a la señora… Además para que no quedara panzona, asunto que también ayudaban a evitar dándole de beber una infusión de semillas de culantro, para ayudarle a que le saliera el aire reprimido...

Es oportuno mencionar que el machismo era tal, que sólamente las mujeres que daban a luz varones se “ganaban” el privilegio de tomar caldo de gallina. Costumbree absurda que las mismas mujeres se empeñaban en apoyar (y creo que en muchos pueblos se hace todavía). En algunos países de Latinoamérica se acostumbraba que durante los 40 días, la recién parida tomara caldo de gallina todos los días, para que recuperara las fuerzas perdidas.

Si les parecen extremos estos cuidados, todavía no he llegado al más exagerado de todos.

Cuentan que la que acababa de dar a luz, no tenía permitido hacer esfuerzos de ningún tipo (como tender camas, por ejemplo). Era considerado muy peligroso que colgara los pies de la cama y mucho menos hacer la fuerza y levantarse de ella. Como antes las camas eran muy altas, les ponían un especie de rampa hacia el suelo. Esto era para que la señora no tuviera que sentarse para luego hacer el movimiento de levantarse de la cama. El cometido de la rampa era para que ella así toda fajada como estaba, literalmente rodara devanada, hacia un nivel más bajo y así poderse levantar con el menor esfuerzo posible, claro ayudada siempre por alguien más.

El baño era con toallas húmedas y tenía que pasar los 40 días envuelta como momia y la cabeza amarrada con un pañuelo (tal vez de alli venga que en muchos países el símbolo de madre sea el pañuelo en la cabeza). Al pobre bebé también lo envolvían como taco, con pañales a manera que no tuviera movimiento alguno. A eso le llamo yo, represión infantil.Como decía mi abuelita, estos cuidados extremos eran para aquellas que podían hacerlo y especialmente daba resultado para las primerizas, quienes al no tener más hijos, tenían tiempo para dedicarle a estos extraños rituales, porque no todas aguantaban la falta del baño y tenían más ocupaciones.

Para algunas, esto les ayudaba a estar lejos del marido durante la cuarentena y no quedar embarazadas inmediatamente. Muchos hombres durante ese tiempo, resolvían sus dizque necesidades, buscándose otra. (Tan lindos ellos, pues).

Lo curioso es que aún con esta "dieta", muchas mujeres quedaban embarazadas antes de los 40 días, dando lugar a la marimba de muchachitos, tan común en las familias de antes.

Puede que nos den risa todos estos cuidados post parto, pero la verdad es que actualmente muchos científicos están retomando las costumbres antiguas para preservar la salud de la nueva madre. Especialmente se han enfocado en los cuidados de las indígenas de Centro y Sur América, debido a que han llegado a establecer (ahora los científicos, los antiguos ya lo sabían), que la mujer necesita que su cuerpo regrese a la normalidad internamente y, en forma muy especial, esperar que se re-adecúe la temperatura de su cuerpo, la cual cambia durante el embarazo. De allí que han reconocido la necesidad de regresar a considerar ciertas medias antiguas para después del parto .

Ojalá todas las mujeres tomáramos en cuenta, al menos algunos de los cuidados de las bisabuelitas y abuelitas, para preservar la salud y no padecer de enfermedades femeninas prematuras, que luego se achacan a otras causas.

Estoy seguro que muchos y muchas de ustedes, tendrán anécdotas que escucharon de sus abuelos y bisabuelos alrededor de estas costumbres de cuidados que tenía la gente de antes. Por favor, enriquezcan mis conocimientos sobre la cultura popular y cuéntenme algo.

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